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s6.Partituras, danzar encadenado, Libeskin, tablero de juego

Foto del escritor: Ines DeanInes Dean

Actualizado: 9 mar 2022

TS6. Ideas extraídas del artículo <Danzar encadenado> de Antonio Juarez

- La obra de Merce Cunningham y John ilumina aspectos profundos de la tarea de organizar la materia y el movimiento en el espacio, sus recorridos y relaciones, y nos abre una dimensión esencial entre la danza y la arquitectura como manipulación de un entorno físico y mental.


-Sostuvieron un juego basado en la mutua sorpresa, el uno con el otro, sobre las relaciones entre movimientos y sonidos. Cada una de las realidades -gestos en el espacio y sonidos en el tiempo- tenía su propia autonomía, pues negaba cualquier principio jerárquico que pudiera hacer mandar unas sobre otras.


- Si Martha Graham, definió la danza como una imagen móvil de la vida·, podríamos apuntar que la arquitectura es un marco inmóvil de la realidad, una caja de resonancia en la que se registran las vibraciones del cosmos, la fluidez de lo natural y lo artificial.


- Algunos críticos pusieron en crisis los planteamientos de Martha Graham, entendían que éstos seguían basándose en una concepción representativa de la danza, y buscaron caminos que permitieran una más libre coexistencia de los lenguajes específicos que se daban cita sobre la escena. Propusieron una vinculación más profunda del arte con la vida y con la realidad, descender la escena al plano de la vida,; Como ocurrió con tantos intentos a lo largo del siglo XX de desdibujar el carácter de lo monumental y acercarse a la resolución de problemas en el ámbito cotidiano.


- Cage reinventó la potencia expresiva del sonido, acercándose intensamente en algunas de sus actuaciones a un primitivismo que se movía en la esfera del origen del lenguaje, como buscando en los sonidos el arcano nacimiento de la comunicación oral. Bailar era introducirse en un fluido que era la vida misma, enfatizando el aspecto teatral de todo acontecimiento físico.


- En sus coreografías, evidencian una singular atención a la multiplicidad de centros motores que se generan en la escena, a una situación abierta en la que múltiples centros reclaman simultáneamente la atención del espectador. Su modo de trabajo era el de la acumulación de materiales: la yuxtaposición de sonidos y movimientos en el espacio, que es la forma de expresión más próxima a la vida. Ambos, Cunningham y Cage, se sumergieron en un proceso de progresiva transparencia entre el arte y la vida y de ósmosis entre representación escenográfica y gesto cotidiano.


- Más allá de las limitadas condiciones físicas de los cuerpos y de la materia, de la luz y la gravedad, y por encima de las restricciones que un encargo trae consigo, Balthasar sugería que el arquitecto no puede sino iniciar una danza, encadenado, pero danza al fin y al cabo. La arquitectura se insinúa aquí como un intento de liberación de las estrechas condiciones funcionales y constructivas para abrirse paso a una dimensión mayor, la de la mano abierta de Le Corbusier, ofrenda que los humanos hacen a los dioses.


- El escrito 122 palabras sobre música y danza, es a la vez un texto, una partitura y una coreografía. En él, el compositor se cuestiona sobre las situaciones básicas de los objetos, movimiento e inacción o reposo, reflexiona sobre la carga escenográfica que tienen los cuerpos con su sola presencia, el potencial de representación que un gesto cotidiano tiene sobre la escena y cómo la simultaneidad de actividades distintas, que ocurren en un mismo tiempo, puede entenderse como sistemas superpuestos que ocurren simultáneamente en distintos lugares del espacio.


- En Ocean, Cunningham y Cage nos hacen experimentar algo de la multiplicidad de respuestas, superposiciones y contrastes que los sonidos y el movimiento de los cuerpos pueden llegar a expresar. Soledad, quietud, agitación, letargo... son respuestas nuevas ante unos sonidos que se distorsionan al atravesar la barrera invisible de la superficie imaginaria del fluido de las aguas oceánicas.


- Ante la imposibilidad de transgredir los límites que el mundo físico impone a la corporalidad, Merce Cunningham y John Cage hacen visible la férrea batalla que forma parte también de la profesión del arquitecto: "danzar encadenado ", moverse encadenado a los objetos - retraídos ante cualquier proceso de transfiguración-, acercarse a la delgada envolvente de tolerancias más allá de la cual estallarían los cuerpos y no subsistiría el esplendor de la forma. Hay un empeño común en el hacer del coreógrafo y del arquitecto intentando que aparecezca, a partir de lo cotidiano (movimientos, espacios, ritmos, tiempos y materia), otra dimensión de lo real antes oculta.


-. Tanto para Cage como para Cunningham la escena se asemeja al paisaje abierto del lienzo de Pollock en el que las huellas de tinta constituyen un mapa visible de los movimientos del pintor sobre el plano del suelo; es decir, una radiografía de su movimiento.


- Los dibujos de la serie Ryoanji de Cage expresan de manera sugerente esta experiencia del lápiz del arquitecto, cuando recorre libremente el espacio del papel. La diferencia entre el dibujo de Cage con el de Aalto estriba en que en Cage está intencionadamente detenido en el proceso de exploración del espacio del papel sin ninguna determinación formal precisa. Estamos ante una situación larvaria de la forma, en su proceso inicial de indeterminación. e lo importante de los dibujos no es la forma de sus líneas sino su proceso: el recorrido indeterminado de exploración del espacio vacío, similar a lo que serían las huellas de unos bailarines sobre el espacio de la escena, previo a la lenta aparición de las formas que observamos en los dibujos de arquitectura


- La piel palpa y desarrolla instintivamente el tacto sobre las cosas. Es un instinto primario, primigenio, originario. El conocimiento más vasto de las cosas, aparentemente, es el que nos presenta el tacto, o el olfato, lo más instintivo del ser humano.


TS6: Copias de Libeskind

En un A3, y con lápices de distintos durezas, había que reproducir dos copias de su serie Chamberworks. He intentado hacerlas con la máxima precisión y así asimilar esta concepción del espacio y el tiempo, esta danza arquitectónica. Eran importantes los marcos en blanco, que delimitarán el espacio ocupado, el tatami sobre el que tendrá lugar esta danza al fin y al cabo, Encontramos trazos de todo tipo, algunos reincidentes, otros leves, casi invisibles, otros que imitan bucles, curvas, rectas, líneas intermitentes... todo dependiendo de la intensidad, rapidez, lentitud, en definitiva; de la manera en la que se coloniza este espacio,

He añadido un tercer dibujo voluntario, un boceto-esquema inspirado en los anteriores, de lo que podría ser la próxima obra del jueves, ya sobre nuestro tatami.


TS6: Perfeccionar máscara

He remplazado y cambiado ciertas papiroflexias de la máscara y he quitado los trozos de cartulina en los que había empleado la técnica de arrugado ya que creo que no aportaban a mi máscara y le restaban el carácter constructivo.


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